Siempre es habitual relacionar determinadas actividades con las mujeres y otras con los hombres. A pesar de que en los últimos años, las diferencias entre ambos en lo que se refiere a las capacidades se han reducido sigue habiendo una pequeña brecha. Son muchas las mujeres que han llegado a puesto de trabajo importantes, y otras tantas las que están especializadas en el mundo financiero y de los negocios, históricamente «gobernado» por hombres.
El ejemplo más claro y más reciente, Ana Patricia Botín, la responsable de uno de los bancos más importantes a nivel mundial. Pero estas, lamentablemente, son excepciones, ya que el grueso de las mujeres trabajadoras pueden tener algunos obstáculos financieros, simplemente por sus hábitos o por su sueldo. Veamos algunos de ellos.
1. Las mujeres ganan menos
A pesar de todos los movimientos políticos, las mujeres todavía ganan de media un tercio menos que los hombres. Esto es en parte debido a nuestras propias prioridades. Las mujeres tienen más probabilidades de tener trabajos a media jornada o posiciones que supongan menos responsabilidad, por tanto ganan menos. Su prioridades son la mayoría de las veces, destinar parte de su tiempo a la casa. Son las que cogen las bajas por maternidad, piden días para sus hijos, y reducen en parte la posibilidad de contribuir mejor a un plan de jubilación. Esta mentalidad puede hacer más difícil para competir por esos puestos mejor pagados, por lo que tienen menos oportunidad de aumentar ingresos.
2. Las mujeres son más conservadoras
Es cierto que las mujeres pueden estar más abiertas a nuevas experiencias que los hombres en otros aspectos de nuestras vidas, pero no en lo que se refiere al dinero y a las inversiones financieras. Los hombres prefieren el mercado de valores, con acciones, bonos y fondos. Y arrriegan más. Es decir que podrán tener más recompensa por estas inversiones.
3. Ahorran menos
Según un estudio de 2013 de Aon Hewitt, las mujeres contribuyen menos parte de su salario para la jubilación que los hombres, 6,9% y 7,5%, respectivamente. Eso significa que incluso cuando no invertimos en otras cosas, lo hacen con incrementos más pequeños, reduciendo aún más nuestro potencial de crecimiento financiero.
4. Las mujeres viven más
Como sabemos una mujer que cumple 65 años, puede esperar vivir un poco más allá de los 86. Y además esta media sigue creciendo. Los hombres, por otro lado viven una media de 7 años menos, esto significa que no sólo las mujeres tienen menos recursos financieros para trabajar, sino que también tienen un período de vida más largo, por lo que el plan de pensiones de una mujer debería ser mayor, pero es físicamente imposible para la mayoría de ellas.
5. No es una prioridad
Los cierto es, que la mayoría de las mujeres, no contemplan las finanzas como una prioridad, al igual que pasa con el tiempo de trabajo. Prefieren dedicar este tiempo a otras cosas, como a los hijos, hacer vida social, etc