Los depósitos en especie eran muy populares en los años 80 y 90 del pasado siglo. Con la llegada del nuevo siglo y nuevos modelos financieros, parecieron perder cierto impulso, aunque, en los últimos años se vuelven a recuperar algunas propuestas en este sentido.
¿Qué es un depósito en especie?
Para quienes no recuerdan que es un depósito en especie, la explicación es realmente simple. Se trata de imposiciones a plazo fijo en las que, en lugar de retribuir con una rentabilidad en forma de dinero, se retribuye con una rentabilidad en especie.
Generalmente se tiende a identificar esta rentabilidad en especie con un porcentaje determinado de valor. Por ejemplo, si el regalo que se entrega es una batería de cocina, el valor de mercado (no el valor de compra por parte del proveedor) es lo que se considera como rentabilidad.
¿Por qué perdieron valor los depósitos en especie?
En general no hay una única explicación que justifique la caída de valor de los depósitos en especie. Probablemente, uno de los motivos más comunes tiene que ver con una modificación en la forma de ahorrar que, incluso, llevó en su momento a la práctica desaparición en la oferta de los bancos de los depósitos a plazo fijo que perdieron una gran parte de su rentabilidad.
Por otro lado, la llegada de las nuevas finanzas y otros productos de inversión, hace que, para muchos usuarios, productos tan poco líquidos y con mentalidades tan bajas como los depósitos hayan perdido interés.
¿Por qué recuperan interés los depósitos en especie?
La enorme oferta de productos tecnológicos y herramientas digitales ha hecho que el mercado no sólo se sature, sino que de un año para otro los productos parezcan perder valor en favor de nuevos modelos.
La demanda es realmente amplia y esto hace que, de nuevo, para algunas entidades financieras, plantearse la posibilidad de operar sobre depósitos bancarios que ofrezcan una retribución en especie haya vuelto a ganar interés.
El motivo es obvio, para muchas personas poder acceder a un nuevo dispositivo o un modelo nuevo tecnológico aporta un valor que, difícilmente puede aportar una rentabilidad media de los depósitos mucho más baja en cuanto a disposición de dinero líquido.
Aquí juega un papel fundamental la diferencia entre el precio de compra de mayorista y los márgenes comerciales que se aplican a este tipo de productos en el mercado. Esto no significa necesariamente que vayan a volver los depósitos en especie tal y como lo vivimos hace un par de décadas, pero, puede ser una opción muy destacable a tener en cuenta para los próximos años.