Cuando se tienen entre 20 y 30 años de edad, a veces antes a veces después, es cuando uno tiene que tomar verdaderas decisiones financieras, que marcarán un antes y un después en nuestra trayectoria. Es a esta edad, cuando nos damos cuenta de la necesidad de una buena gestión en las finanzas, y cuando vemos que ha llegado el momento de tomar las riendas de las mismas.
Hasta este momento, hemos tenido la ayuda de los padres, y lo único que nos preocupaba era tener el dinero suficiente para poder salir con los amigos o incluso irnos de viajes. Pero llega el momento de que cada uno pague sus cuentas, y para esto se necesita planificación y aprendizaje.
1. Comenzar a ahorrar para la jubilación
A pesar de tener un salario bajo, y algo de deuda en algunos casos, seguro que es posible ahorrar algo a final de mes por poco que sea. No nos cansamos de escuchar que las pensiones dentro de unos años no serán tan buenas como ahora, y es un poco incierto su futuro. Por eso tener buena salud financiera tanto hoy como en el futuro es importante.
2. Vivir dentro de los medios de cada uno
Después de graduarse y de conseguir un trabajo, es posible que se cambie la forma de vida y que gastemos más y nos olvidemos de lo realmente importante. Hay que aprender a vivir dentro de unos límites, ahorrar o incluso invertir para generar ingresos pasivos, a través de productos financieros seguros y adaptados a nuestra situación.
3. Evite la deuda de tarjetas de crédito
La deuda que se acumula desde joven, puede ser la que más dure. Así que antes de comprar hay que eliminar la deuda contraída con anterioridad. Cuanto más mayores nos hacemos, más responsabilidades tenemos. Por lo que una deuda nos hará también cargar con intereses adicionales que pueden terminar con nuestros ahorros, o dejarnos en una situación crítica.
4. Seguro de salud
Si contratamos un seguro de salud, de vida o de invalidez cuando se es joven, lo más seguro es que nos salga mucho más barato que si lo hiciésemos con algunos años más. Además la antigüedad nos hará reducir año a año la cuota.
5. Construir un fondo de emergencia
Los 25-30 años es el momento idóneo para la construcción de un fondo de emergencia. Aunque parezca imposible , es aconsejable guardar durante un tiempo la mitad de los ingresos hasta que tengamos un colchón que nos permita vivir durante algunos meses si nos surge algún imprevisto.