Para comenzar a analizar este tema, lo primero que vamos a recordar es que el tipo de interés es el precio del dinero, es decir, lo que cuesta pedir prestado dinero.
Los tipos de interés son fijados por los bancos centrales (BCE en Europa, FED en Estados Unidos) y tienen una gran influencia en la economía, ya que si estos tipos son muy altos se encarecen los créditos, afectando negativamente a la economía.
El Banco Central Europeo (BCE) fija el tipo de interés, que será mayor o menor dependiendo del plazo en que tenga que ser devuelto el dinero prestado. Al ser el equivalente al precio del dinero, todos los tipos deben evolucionar en el mismo sentido, ya que, si el dinero se encarece, lo hace en todos los mercados.
De esta forma, los tipos de interés son uno de los elementos más importante de todos los que pueden afectar o influir en los precios de las acciones. Si los tipos varían, sea cual sea la causa, se produce una cadena que acaba afectando a todos los niveles del mercado.
Hay que tener en cuenta que desde que un BCE modifica los tipos hasta que esa modificación se traslada a la economía real se estima que pasan entre 6 a 9 meses.
Lo normal es que ante una variación los de tipos de interés las Bolsas reaccionen bruscamente en un sentido u otro. A veces incluso de forma aparentemente contradictoria, bajando la Bolsa ante una bajada de tipos o subiendo ante una subida de tipos.
Cuantos más altos sean los tipos de interés, menor atractivo tendrá la Bolsa para el inversor, ya que el mercado de renta fija y los depósitos bancarios le proporcionarán beneficios sin riesgo. El aumento de las inversiones en renta fija irá en detrimento de la inversión en Bolsa.
Por el contrario, si los tipos de interés son bajos la Bolsa subirá, ya que los ahorradores y los inversores buscarán en la renta variable las altas rendimientos que no ofrecen ni la renta fija ni los depósitos bancarios.
Lo cierto es que en las Bolsas influyen constantemente infinidad de factores, y aunque los tipos de interés es un factor muy importante no son el único. También puede suceder que el mercado esperase un movimiento mayor y al conocerse el dato las expectativas de los inversores se vean defraudadas.
En conclusión, podemos decir que si bien los tipos bajos son buenos para la Bolsa, no lo son tanto para la economía, y los altos son malos para la Bolsa, y también lo son para la economía, pero si lo que busca es especular a corto plazo debemos hacerlo con mucha cautela ya que a veces la Bolsa reacciona de forma contraria a la esperada en el corto plazo.