Como el título indica, efectivamente, los grupos bancarios españoles cerraron el pasado ejercicio 2013 presentando beneficios, que, de hecho, se concretan en los 7.247 millones de euros ganados frente a las pérdidas de 2.825 millones de euros de pérdidas en el anterior ejercicio.
En buena medida este resultado tiene que ver con las grandes provisiones con las que se tuvieron que votar durante 2013, que, junto a las menores necesidades generadas, ha permitido la compensación de la caída del margen de intereses e ingresos, algo que a su vez presenta un reflejo de los recortes que este retroceso del 1,2% del Producto Interior Bruto español presenta en 2013; y por supuesto todo ello en el marco de un modelo de tipos de interés bajos.
El balance consolidado del sector bancario nuestro país queda reducido el 10,2% en el año 2013, quedando fijado en 2,2 billones de euros; notándose la reducción de deuda de las familias y empresas (desapalancamiento) algo que se ha traducido directamente en la reducción de más de 60.000 millones, un porcentaje de -57,3%, en los saldos netos de bancos centrales y otras entidades así como una importante reducción del volumen de valores emitidos; -19,7%.
Los depósitos captados, cerca de 15.000 millones de euros, y la reducción del crédito del 7,1% hasta los 101.000 millones, han marcado un tránsito en 2013 en el que la banca de nuestro país ha reducido la dependencia a la financiación mayorista, sin embargo, la reducción del crédito citada junto al aumento de activos dudosos, situó la morosidad de la banca en el 8,6% en el año 2013; más de dos puntos por encima de lo presentado en 2012 y con una cobertura 14 puntos inferior (del 55%)