Desde muy pequeños, nuestros padres nos hablan sobre lo importante que es ahorrar y planificar el futuro financiero. Si ahorras dinero día a día, y no lo gastas en chucherías, podrás comprarte un juguete mejor al final del mes. Pues aunque parezca un «juego de niños» es exactamente lo que hacen los adultos. Y en muchas ocasiones no es para sencillo. La diferencia es la cantidad, pero el esfuerzo por ahorrarlo y no gastarlo es prácticamente el mismo.
Cuando somos mayores, empezamos también a ahorrar más a largo plazo, por ejemplo con planes de pensiones, cuentas de ahorro o inversiones. Pero a pesar de que algunos tienen una alta capacidad de ahorro y fuerza de voluntad, siempre tenemos algún impulso de compra. Para poder ahorrar, se utilizan planes de ahorro, listas con objetivos que nunca se cumplen, o ideas que nunca se llevan a cabo. Lo ideal es empezar poco a poco, tanto en lo referente a las cantidades de dinero como a las acciones.
Hay que ponerse metas que podamos cumplir con facilidad, y poco a poco ir modificándolas y ser más ambiciosos o ahorradores. Una buena forma es elaborar un presupuesto del hogar, con las gastos fijos, y los posibles gastos dependiendo del mes. Por ejemplo Navidad, vacaciones, etc. Algunos trucos para conseguir tener un control sobre nuestro futuro financiero son:
Colocar en un lugar distinto la cantidad de gastos mensuales fijos.
Compra del supermercado, posibles gastos extra, colegios, facturas de suministros, hipoteca, gasolina,coche, ropa. Es aconsejable que esta cantidad no supere el 50% de los ingresos mensuales. Aunque parezca poco, se puede hacer. Las mejores tarifas, promociones, utilizar transporte público o alargar más la vida de algunas cosas. Todo cuenta para reducir los gastos. Y aunque al principio resulte complicado, con la práctica de adquiere el hábito. Esto le permitirá estar al día con los pagos, y tener más tranquilidad al final de mes.
Inversiones correctas, que nos aporten liquidez e ingresos continuos.
Las inversiones son algo muy importante para las familias. La obtención de ingresos pasivos, es generalmente una fuente de ingresos que puede sacarnos de varios apuros económicos, y la facilidad para invertir en algunos mercados, y contratar productos sencillos sin apenas riesgo está al alcance de todos. Se debe invertir en valores seguros, sobre todo si no se tiene idea de invertir, y elegir el producto que más se adapte a las necesidades de cada uno. Por ejemplo acciones, fondos, bonos o bienes raíces. Aquí también entran los fondos de pensiones, o las cuentas ahorro. Una buena idea puede ser, retirar una cantidad de dinero fija al mes, e invertirla en algo seguro.
Los ahorros
Los ahorros serían otra parte del sueldo mensual que tendríamos que separar. Esta cantidad se tiene que destinar a deseos o necesidades concretas, como por ejemplo comprar un nuevo coche, ir con tus hijos a Disney, o reformar tu casa. Aunque siempre está bien ahorrar e invertir en otras cosas, no olvidemos que darnos un capricho de vez en cuando nos ayuda y anima a seguir ahorrando más y conseguir así un nuevo objetivo.
Ayudar a los demás
Esto puede parecer una tontería, pero la idea de que ayudar y dar a la gente supone que la persona reciba posteriormente está cada vez más extendida. La gratitud y las donaciones hacen sentirse bien, y nunca se sabe lo que pueden deparar en el futuro. Según algunas ideas y creencias, como por ejemplo los creyentes del karma, afirman que se genera fuerza y energía cuando damos a los demás. Aunque no se desconoce si esto es verdad o no, nunca está de más intentarlo. Si lo vemos desde otro lado, esto aportará mayor valor a lo que tienes, además de dar más importancia al tiempo y al esfuerzo.