Todos sabemos que en la bolsa pueden influir muchas cosas. La meteorología, las guerras, las intervenciones de organismos públicos, la publicación de datos, las valoraciones de agencias de rating, puede ocasionar variaciones en la bolsa, positivas o negativas, que pueden llegar a variar el rumbo del mercado. Pero todas estas cosas ya las sabemos. La frase de «en la bolsa pueden influir muchas cosas» también incluyen eventos a nivel mundial, como por ejemplo el fútbol.
Y esto es así, porque el BCE realizó un estudio en el que se afirmaba que todos los trabajadores del mundo, incluídos los del sector financiero, prestan más atención al juego que a su puesto de trabajo. Un forma de medir esta «epidemia» de fútbol es controlar los índices de volumen en los mercados de valores de todo el mundo. El Banco Central analizó con los datos de la Copa del Mundo 2010, caídas muy significativas de los volúmenes de operaciones en las horas de partido. El efecto era especialmente notable, en los mercados de aquellos países que se encontraban en el campo de juego.
Desde Bloomberg han calificado este fenómeno como el «Síndrome de la Copa del Mundo», y han realizado un gráfico explicativo, para poder ver las variaciones del mercado de valores. Podemos ver la caída del volumen de negociación, tanto si juegan otros países como el de los propios brokers y operadores del mercado de valores correspondiente al país que juegan. Los que más cambio registran son los profesionales de Chile, Argentina y Brasil.
¿Ganar el mundial también influye?
Según un estudio de Goldman Sachs, si un país gana el mundial de fútbol, también lo hacen los inversores y la economía de ese país. Por supuesto, hay que de inmediato después de ganar, por el impacto mediático y mundial que esto supone. El estudio se ha realizado en base a mundiales desde 1974, y las acciones del mercado ganador superaron en 3,5% la media mundial durante el primer mes siguiente al último partido. En concreto la bolsa española creció un 5,7% durante el mes siguiente a ganar el mundial. El único país que no ha crecido fue Brasil en el 2002, pero porque se encontraba en una fuerte recesión.