La influencia de los padres en los hijos, sobre todo en los más pequeños, es muy importante. Aunque no nos demos cuenta, los hijos quieren ser como sus padres, y además ven en ellos todo lo que debe hacerse, y lo que es correcto. Aunque esto se puede aplicar en todos los aspectos, hoy nos centramos en lo relacionado con los hábitos financieros.
El dinero es un bien muy preciado, bueno no es un bien, es un activo que utilizamos como medio de pago. Por tanto tiene mucho valor para nosotros, y a veces nuestros hijos no lo aprecian. Ellos observan cómo se compra cada día. Se va al cine, a restaurantes o de vacaciones, pero es importante que sepan que cuesta esfuerzo ganarlo, desde muy pequeños.
¿Demasiado caro? Usa la tarjeta
Todo aquello que es más caro, suele comprarse con la tarjeta, ya que no solemos llevar efectivo encima. Los niños suelen tener la idea de una «tarjeta que lo compra todo» (¡Como si no se pagase!). Los niños han de conocer el funcionamiento de estos medios de pago, y saber que se paga igualmente , y que sigue siendo un medio de pago más, igual que el dinero. Este error, suele llevar a que los niños pidan más, pues no asocian las tarjetas con el dinero en efectivo.
Compras conjuntas
A la hora de comprar algún objeto común, se suele pedir la opinión de todos los implicados. Gustos, utilidad, forma, etc. Está muy bien que toda la familia participe en las compras, y debemos aprovechar esta situación para enseñar. Los niños tienen la «facilidad» de elegir cosas a la primera, sin pensar, solo por el hecho de «entrarles por los ojos». Es importante enseñarles que podemos encontrar cosas más baratas y de mejor calidad en otras tiendas. Que no solo existe un mercado, y que ahorrar con la comparación es fundamental.
¡Yo también lo quiero!
Los niños son especialistas en querer lo que lleva el vecino, y es así. Pero esto de forma repetida, lleva a un mal hábito de consumo y sobre todo un mal hábito de cara al ahorro futuro. Las modas, no solo en la ropa sino en otros muchos sectores, son creadas por las empresas para comprar más. Si uno lo tiene, todos lo querrán.
En estos casos, hay que enseñar a nuestros hijos a elegir aquello que realmente quieren, y sobre todo que se pueden permitir. Aunque no nos suponga un gran esfuerzo comprarlo, ¿si el vecino tiene un Ferrari, nos lo compramos también? Lógicamente es un ejemplo a gran escala, pero sin duda la situación es similar. En estos casos, podemos animar a nuestro hijo a que ahorre para poder comprárselos el mismo. Este sí sería un buen hábito financiero.