Lógicamente, cuando somos jóvenes tenemos otra visión de las cosas. Intentamos hacer todo lo que se nos pasa por la cabeza, y normalmente no somos conscientes de las consecuencias que pueden tener algunos actos a largo plazo. Esto es muy común en temas de dinero. Tanto los que viven en casa de sus padres (la gran mayoría), como los que no van adquiriendo con los años una mente más «conservadora» en cuanto a los gastos y movimientos financieros.
Estos actos suelen ir asociados a situaciones muy muy cotidianas, a las que al principio no damos importancia, como salir todos los fines de semana y gastarnos parte del suelo, no privarnos de nada y comprarnos cada dos por tres un caprichito. Pero lo cierto es que estos actos se pueden convertir en hábitos, y si hubiésemos tenido en su momento una serie de ideas claras todo habría sido diferente. Algunos de esas maravillosas ideas son:
1. Más dinero, más gastos
Cuando recibimos una cantidad por algún trabajo puntual, o por ejemplo por nuestros abuelos, es habitual gastarlo casi al momento. Como si el dinero nos quemase en las manos. Invitamos a los amigos, nos compramos eso que vemos todos los días al pasar por la tienda, hasta que nos quedamos sin nada. Es conveniente empezar desde joven, a ahorrar y reservar el dinero. No significa que no nos podamos comprar algo, sino sencillamente esperar. Esto es una forma de comenzar con un hábito ya no de ahorro, sino de espera para gastos futuros.
2. Lo importante los estudios
Desde pequeños hay que inculcar la importancia de los estudios. Es más habitual pedir préstamos para comprar coches que para pagar los estudios. A veces hay que anticiparse, ya que puede ser que por cualquier circunstancia no podamos pagar los estudios. Por eso no está de más, reunir una pequeña cantidad que pueda cubrir en su mayor parte estos gastos, y ya a partir de ahí empezar con otros pagos como una moto, el coche, etc.
3. Gastos extras
El ahorro es la base de una buena situación económica. Guardar una cantidad en una cuenta sin tarjeta o en una hucha ( de esas que cuesta abrir), es fundamental para tener una buena economía a lo largo de los años. Esto nos permitirá ahorrar poco a poco, hasta el momento en el que podamos ahorrar sin darnos cuenta, simplemente con no utilizar dinero de la tarjeta, y dejarlo ahí para imprevistos. Porque aunque muchos digan que no, siempre los hay.
4. Plan de pensiones
La importancia de un plan de pensiones es poco conocida en general. Los jóvenes ven la jubilación muy muy lejos, pero seguramente su idea sea mantener el nivel de vida que tienen ahora. Por este motivo empezar con un plan de pensiones , aunque el ingresos sea mínimo, es fundamental para empezar a tener otra idea del ahorro para la jubilación.